La cloración salina es un sistema de desinfección para piscinas que genera cloro a partir de la sal disuelta en el agua. Funciona mediante un clorador salino, que usa un proceso llamado electrólisis para transformar la sal en hipoclorito de sodio, un desinfectante que elimina bacterias y algas.
Añadir sal al agua
Proceso de electrólisis
Ciclo continuo
La instalación no requiere obra y se puede ejecutar en cualquier piscina. La célula se instala en el retorno de la piscina y la apoyamos con una bomba controladora de ph capaz de reducir al máximo el mantenimiento de la piscina.
El clorador efipool 25-40 de última generación capaz de producir 25-40 grs de cloro/hora con células de titanio de 1mm de espesor.
Diseño moderno y compacto con conexión wifi para poder configurarlo desde el móvil.
El clorador salino además de desinfectar eficazmente el agua de nuestra piscina por el ciclo de la electrolisis, siempre tiende a aumentar el ph debido al proceso químico que produce.
Por eso es importante apoyar al clorador con un controlador de ph que automáticamente y según le va marcando el sensor va reduciendo el PH inyectando acido al agua.
La cloración salina es un sistema de tratamiento del agua que utiliza sal común (NaCl) para generar cloro de forma automática. Este proceso ocurre mediante un equipo llamado clorador salino, que convierte la sal disuelta en el agua en hipoclorito sódico a través de una célula electrolítica.
Este cloro actúa como desinfectante natural, eliminando bacterias, virus, hongos y algas sin necesidad de añadir cloro químico de forma manual. Una vez cumplida su función, el cloro se transforma de nuevo en sal, permitiendo un ciclo continuo y sostenible.
El agua tratada con cloración salina es mucho más suave y respetuosa con la piel, los ojos y el cabello. Es ideal para personas con piel sensible, niños o quienes sufren de alergias.
Olvídate de manipular productos químicos con frecuencia. Con la cloración salina, el sistema produce el cloro necesario de forma automática, facilitando el mantenimiento de la piscina.
Aunque la instalación del sistema puede suponer una inversión inicial, el gasto en productos químicos se reduce significativamente. Además, solo es necesario reponer sal ocasionalmente.
Este método no contamina ni genera residuos químicos, por lo que es una excelente opción para quienes buscan un mantenimiento de piscina más respetuoso con el medio ambiente.
El sistema de cloración salina mantiene el agua limpia sin generar ese característico y desagradable «olor a cloro» que muchos encuentran molesto.
La instalación es sencilla y se puede adaptar tanto a piscinas nuevas como ya existentes. Solo necesitas:
Un clorador salino adecuado al volumen de tu piscina.
Añadir la cantidad de sal recomendada (normalmente entre 4 y 6 g/l).
Asegurar un buen mantenimiento del pH y revisar la célula del equipo periódicamente.
Si no estás seguro de cuál es el sistema ideal para ti, lo mejor es consultar con un profesional o empresa especializada.
Sí. Si buscas un sistema más cómodo, saludable y ecológico, la cloración salina es una de las mejores alternativas al cloro tradicional. Mejora la calidad del agua, reduce el mantenimiento y te ofrece una experiencia de baño mucho más agradable.
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